El colectivo Mambo funciona como plataforma de trabajo para artistas y estudiantes de arte, desde una metodología de intervención grupal e interdisciplinaria lleva adelante proyectos y líneas de investigación en materia artística, además de talleres de formación teórica y práctica. Federico Aguirre y Belén Rivera visitaron Colectivos y contaron más sobre la experiencia del grupo.
Mambo surgió de manera accidental, a partir del uso de un espacio común perteneciente al núcleo de artistas Kiosco. Allí se encontraron y comenzaron a darle forma al colectivo de manera gradual. De cara a una muestra artística definieron su nombre y gestaron su identidad. Hoy en día participan unas 30 personas, aproximadamente, entre talleristas y estudiantes.
Trabajan principalmente en pintura, pero incursionan en otros lenguajes artísticos, como performance, instalaciones y medios digitales. Cada uno realiza su despliegue artístico individual, pero tienen instancias de producción colectiva, tanto a nivel de obras, como en la planificación y coordinación de talleres y eventos.
Abordan contenidos teóricos del arte como elementos disparadores para su desarrollo artístico. Sobre esto Belén comentó: “Como alumna me sirve aprender de todo, y así voy armando mi obra […] lo que damos en la teoría sirve para la obra siempre”.
El hilo conductor de Mambo está en el gusto por el arte. Cada participante tiene su impronta y sus ideas, intercambian y tienen puntos de vista distintos pero intentan identificar siempre sus puntos comunes para nutrirse de las diferencias. “Si no hay diferencias, a veces se puede hacer un poco aburrido. Está bueno que haya cabezas diferentes, es más dinámico”, subrayó Belén.
La cooperación es parte de su impronta cotidiana: a veces, entre dos artistas y otras, entre todo el grupo. En esta concepción del trabajo grupal, la díada docente-estudiante se desdibuja, lo que da lugar a otras formas de relación desde una vertiente intencionalmente horizontal.
La estética relacional es una de las cuestiones que identifica al colectivo, desde el sentido que implica esta forma de encuentro y vinculación entre los sujetos. Dicha concepción plantea la necesaria presencia de los sujetos en el hecho artístico, dando un lugar primordial a la relación entre estas sobre el objeto. Los integrantes de Mambo plantean la importancia de trabajar esta visión en sus espacios cotidianos.
Federico explicó: “Yo soy de la idea de que para hacer arte siempre necesitás a un interlocutor, que puede ser el público, la crítica, pero muchas veces son los mismos artistas. Si vos trabajás en un colectivo, tenés tu discurso, pero lo estás poniendo a prueba todo el tiempo porque, evidentemente, al mostrarlo, al visualizarlo, lo van a criticar, le van a buscar los fallos; eso hace que te corrijas cuando estás equivocado y también te da más fuerza cuando te das cuenta de que hay cosas que tienen sentido”.
Mambo es un colectivo abierto y, como tal, abre su espacio para la participación de nuevos integrantes, con aportes diversos que potencien el encuentro y el arte. Todos los martes en la tarde llevan adelante talleres teóricos con el fin de nutrir sus obras y desarrollarse como sujetos en este acto.
Texto: Colectivos
Imagen: Colectivo Mambo
Entérate más del colectivo escuchando la entrevista completa aquí:
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