Desde Radio Pedal, junto a vecinas y vecinos, organizaciones y otros colectivos hemos creado una red de solidaridad que deseamos se expanda y perdure. Recolectamos alimentos, ropas y productos de limpieza, entre otros, y los distribuimos entre diferentes ollas populares y canastas. Además, gestionamos una merienda y un almuerzo solidario. Acá les compartimos algunos sentires inspirados en estas acciones.
¿Cómo nombrar aquello invisible que pasa de mano en mano y aquel movimiento inequívoco que se concreta en una mirada clara, atenta y directa? Acopiamos lo inenarrable, conscientes de que con palabras no podemos abrazar eso que hoy precisó ser abrazado. A sabiendas de que para ese relato queda la piel y la memoria solamente.
Hace frío, en el medio del galpón de la radio aparece un abrazo largo, de esos de reencuentro. ¿Quién abraza a quién? No queda para nada claro, por suerte. El encuentro en un mundo roto es una potencia arrolladora e interpelante, la distancia no se puede acatar, y esa frontera entre quienes dan y quienes reciben se diluye.
Vecino, ¿le gustaría una cocoa calentita? Puesto que en las calles y las plazas los agradecimientos se manifiestan de diversas maneras e infinitos colores; y que al momento de dar, nos reconocemos como sujetos también abrazados, llamaremos a esto trueque. En la misma dirección, conviniendo que la abundancia que circula ahora es la abundancia que siempre hubo —no sin antes mostrar sin ningún prurito una exageradísima carcajada—, abandonamos la escasez.
Mirar ciego, le dicen. Esos segundos en los que te quedaste en silencio mirando hacia un punto fijo no viendo nada en particular, no significando. Estudiamos tanto la pobreza, pensé. Pero enseguida me pasaron una caja llena de botellas de aceite. Lo que se erige como certeza, ahora mismo precisa manos, largas cadenas de brazos y corazones conectores, abrazos que trascienden barrios, que no conocen ni reparan en ningún tipo de distancia. Una expansión del afecto sin horario que bailando entre la gente, va infectándolo todo.
Negar un nosotres amplio, franco y expansivo, es simular un estado permanente de ignominia, es performar hasta el hartazgo una normalidad ficticia. Otra terquedad es posible, una que nos sirva para no situar a las demás personas en formatos de vida estáticos.
Acá nosotres, allá el mito de la escasez.
Allá la indiferencia, acá la insistencia.
Si querés sumarte a esta red de colaboración mutua y/o conocer más de lo que venimos haciendo, nos encontrás los miércoles de 10 a 12 en San Salvador 1510, esquina Martínez Trueba, o nos podés contactar a alguno de estos teléfonos:
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