Miles de personas salieron a las calles el viernes 28 de setiembre a celebrar la Marcha por la Diversidad, que este año puso en el centro de sus reivindicaciones la aprobación de la Ley Integral para Personas Trans.
Antes de las 19.00, la Plaza Independencia estaba repleta de gente. Labios y párpados se pintaron con los colores del arcoiris de la bandera LGBTIQ, sigla que ha ido sumando identidades; comenzó refiriendo únicamente a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, pero al día de hoy incluye a la comunidad de personas intersexual y queer. El amarillo abrazó cuellos y mochilas. Sobre las 19.30, encabezando la multitud, se elevaban las letras que formaron la consigna de este año: “Ley Trans Ya”. Los fuegos artificiales marcaron el inicio de la Marcha por la Diversidad.
“Cuando llegamos a la plaza ya no quedaban pañuelos”, le dice una muchacha a un grupo de mujeres. “Nos regalaron las tiras que sobraron”, dice otra, haciendo referencia al stand de la campaña nacional Ley Trans Ya, mientras muestra un retazo de tela amarilla enlazado en su muñeca.
El escenario móvil se posiciona en el medio de la calle para amplificar la música de Lady Gaga, Thalía, Natalia Oreiro y Gloria Trevi. La marcha avanza despacio por 18 de Julio mientras las sonrisas y la brillantina unen a toda persona que pasa por ahí.
“¿A quién le importa lo que yo haga?/¿A quién le importa lo que yo diga?/yo soy así y así seguiré/nunca cambiaré” corean las miles de personas que manifiestan su urgente derecho a ser y la necesidad de construir una vida libre de violencia y discriminación.
El futuro se construye con amor y la Marcha por la Diversidad demuestra que cada vez somos más en esta lucha y en la búsqueda por construir vidas con la alegría de ser, reivindicando identidades que fueron renegadas a lo largo de la historia, y que continúan siéndolo, y construyendo sociedades un poco más justas, unidas y fuertes.
Dos cuadras antes de llegar a la Universidad de la República, en 18 de Julio y Minas, el escenario móvil se detiene, y la multitud danzarina explota con la canción “Judas”, de Lady Gaga, mientras desde el vehículo se esparce una lluvia de papel picado.
El final de la marcha da paso a la lectura de la proclama, que exige la aprobación de la Ley Integral para Personas Trans. Esta iniciativa surge de la Coordinadora de la Marcha por la Diversidad. “La marcha es un acto profundamente político”, expresan. A lo largo de los preparativos de la marcha y de la campaña nacional en general, el foco estuvo puesto en identificar y remarcar un problema estructural cuya solución pasa por el cambio de conciencias, la inclusión social y políticas de Estado que amparen a la colectividad trans en todas sus necesidad.
Lejos de perder su carácter político y reivindicativo, la marcha fue una fiesta, un momento de felicidad y alegría. Mediante la sonrisa y el baile se demostraba la existencia de una lucha contra la dictadura de los roles de género, contra el orden sexual instituido por una sociedad y unas instituciones que se piensan y nos construyen bajo términos binarios, encerrando a cada ser en una categoría en función de un aspecto o en función de unos atributos físicos determinados, sin preguntar.
La única manera de garantizar un futuro de derechos y libertades es luchar por la posibilidad de amar, y el presente es el mejor momento para hacerlo.
Texto: Noelia Rocha y Ema Zelikovitch
Fotos: Camila Cardozo, Fanny Rudnitzky, Mariana Tenenbaum y Valeria Amaro
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