El jueves 5 y el viernes 6 de diciembre se celebró “Encuentros en la calle”, una actividad organizada con la finalidad de intercambiar sobre la realidad de las personas en situación de calle. La convocatoria estuvo a cargo del colectivo Ni todo está perdido (NITEP , integrado por personas en calle y que surgió en la Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de la República) (Nadie ni nada está perdido). Las actividades se realizaron el primer día en las propias instalaciones de la facultad, donde tuvieron lugar distintas mesas que reunieron a autoridades nacionales, departamentales, referentes de la academia y de organizaciones sociales. También estuvieron presentes referentes de colectivos de personas en calle de Argentina y Chile. El segundo día se dispuso una carpa en la plaza Independencia, donde se presentó la propuesta para una ley sobre situación de calle. En ambas jornadas, luego de las intervenciones se realizó una forma asamblearia, que denominan trinchera, en la que la persona que está haciendo uso de la palabra la cede a alguien que la esté pidiendo. Este mecanismo permite un intercambio horizontal entre lxs presentes. *** “Defendemos la existencia” es una de las primeras frases que se leen en el folleto de presentación de NITEP. Esta frase permite enunciar varios de los temas abordados durante el encuentro. El derecho a la existencia, como derecho a ser, parece una obviedad, sin embargo no lo es para las personas en situación de calle. La Ley de Faltas, que prohíbe el “uso indebido” de los espacios públicos, y la imposición de una arquitectura defensiva (Ciudad hostil) que busca prevenir la ocupación de estos espacios, son ejemplos de cómo se limitan las posibilidades de habitar la ciudad si no se cuenta con una vivienda. La penalización de la vida en calle es una forma de censurar la propia existencia de quienes en algún momento de su vida encuentran en este espacio la única o la mejor alternativa posible para vivir. El derecho a existir en la calle no implica una reivindicación de la vida en la calle. “Queremos vivir y no sobrevivir”, dicen desde NITEP. Esta contraposición, entre vivir y sobrevivir, abre una segunda interpretación de la defensa de la existencia. El derecho a existir no implica solo el derecho a estar, a ocupar un espacio, el derecho a existir es poder vivir de la forma que deseamos. Y la vida en la calle, o la alternativa de la vida en refugios, limitan sustantivamente las posibilidades de elegir y desarrollar la vida que querramos. La emergencia de NITEP como colectivo permite pensar otra forma de existencia.  La presencia de sujetos habitando las calles no es nueva. Pero la presencia de un colectivo que a través de sus acciones posicione a las personas en situación de calle como un sujeto político sí es una novedad. Desde este punto de vista, existir es existir con voz propia. Dejar de ser objeto de la política y pasar a ser un sujeto político con propuestas transformadoras. Por último, la defensa de la existencia interpela también la posibilidad de ser de una sociedad que produce y moldea la situación de calle. Aunque cada trayectoria es única, no es posible empezar a entender las causas que llevan a una persona a vivir en la calle sin tener en cuenta que la pobreza, la segregación residencial o los procesos de institucionalización y desinstitucionalización son productos de un orden social regido por la máxima de la acumulación económica. Defender la existencia es, entonces, defender un proyecto social que nos reconozca como sujetos y nos ponga en el centro de la escena. Texto y fotos: Fanny Rudnitzky y Gonzalo Gutiérrez

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Living en la calle

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