Sí, así es. Uruguay es hoy el país del revés, donde un gobierno que priva a su población del derecho más básico que debería garantizar, que es la alimentación, persigue y acusa a las ollas populares, quienes hace más de dos años se hacen cargo de darle de comer a la gente, tapando su ausencia. Cuando, como bien sabemos, las ollas que debería estar destapando estos días el gobierno son otras.
Desde marzo de 2020 miles de personas vienen dando respuesta, mediante ollas y merenderos populares, a la crisis alimentaria y social que atraviesa nuestro país. Esta solución, que surgió como transitoria, se convirtió en permanente con el transcurso del tiempo y la falta de respuestas por parte del Estado. Desde ninguna óptica se pueden concebir a las ollas populares como política pública, sino como respuesta a su inexistencia.
Según datos del Informe anual de ollas y merenderos populares en Uruguay 2020-2021 de solidaridad.uy a marzo de 2022 funcionaban 311 ollas y merenderos populares, sostenidas por 1.734 vecinas y vecinos que con su trabajo voluntario sirven 1.246.600 porciones al mes.
La Coordinadora Popular y Solidaria (CPS) es el espacio de acción colectiva que desde agosto de 2020 nuclea aproximadamente 130 ollas, merenderos y otras iniciativas que nacen de la emergencia sanitaria. Además de organizarse para gestionar la alimentación de quienes lo precisan, es la organización de la sociedad civil que ha asumido “la obligación afectiva y ética de movilizarse para reclamar al Estado que deje de estar ausente frente a la situación de hambre”.
Uruguay Adelante es la ONG que se crea con fondos del gobierno a mediados de 2020 en acuerdo con el MIDES. Es la encargada de comprar y distribuir alimentos a ollas y merenderos de Montevideo y el área metropolitana, ignorando la acción popular de las ollas que ya existían en ese entonces. Entre otras denuncias de irregularidades y falta de transparencia que ha tenido esta organización a lo largo de estos dos años, hace pocos días atrás se hizo público que el presidente de Uruguay Adelante, Santiago Peréz y su hermana que también conforma la directiva, están cobrando un sueldo desde julio de 2021. Como bien sabemos es ilegal que los cargos directivos de las Asociaciones Civiles en Uruguay sean remunerados.
Según datos de Informe ya citado de solidaridad.uy “suponiendo que el gobierno destinará insumos a todas las iniciativas de ollas y merenderos estaría destinando $8.762.400 por mes, lo que equivale a poco más de 105 millones de pesos al año solamente en porciones de olla. Por otro lado, si se realiza el cálculo con la ‘receta tipo ideal’ (1) para olla, los insumos necesarios para cubrirla ascienden a un valor anual de casi 622 millones de pesos. Esto significa que las ollas deberían cubrir insumos por un valor equivalente a 517 millones de pesos extra. Pese a las donaciones que se reciben, las actividades que se realizan para recaudar y los esfuerzos barriales colectivos, muchas veces no se alcanza a obtener este mínimo de recursos, lo que impacta directamente en la calidad de las porciones que se entregan”. Es decir, que descontando el apoyo del MIDES las ollas deben conseguir para sostenerse insumos extra por un total de 571 millones de pesos al año.
Según datos recientes del INE la pobreza en personas pasó de 10,2% a 10,7% entre el primer semestre del 2021 y el mismo semestre del 2022, y la indigencia de 0,2% a 0,4%. Esto último significa que cada mil personas cuatro no superan el ingreso necesario para cubrir las necesidades básicas alimentarias. Recordemos que la canasta básica alimentaria en el primer semestre de 2022 fue de $4.500 aproximadamente.
El nuevo informe mensual de comercio exterior publicado en julio presentó un incremento en junio del 30% respecto al mismo mes del año anterior, continuando el ciclo de incrementos significativos que se registraron en cada uno de los meses de este año. El aumento se explica casi exclusivamente por la soja que presentó una variación mensual interanual del 26%, seguido por las ventas de carne bovina y subproductos cárnicos.
La economista Andrea Vigorito en reciente entrevista a Brecha afirmó que se está dando una salida de la crisis con mayores niveles de desigualdad. “Por lo que muestran varios estudios, parecería haber un crecimiento económico que, por la caída de salarios reales y otros factores asociados, está acompañado de una mayor desigualdad y de una menor participación de la masa salarial en el ingreso (dato que habrá que corroborar después, cuando el Banco Central publique las estadísticas)”.
En este contexto Martín Lema decidió retirar el apoyo a las ollas populares por “irregularidades en la información”. Luego de haber exigido rendir cuentas a la CPS solicitando datos con ciertos plazos sobre las personas que asisten a ollas y merenderos, el Ministro acusó de “mentirosa” y de “haberle perdido la confianza” a la CPS. Según él, algunos de los datos entregados no eran correctos. ¿Por qué al accionar voluntario de la CPS, que no trabaja para el gobierno ni cobra un sueldo como Santiago Peréz, y ya tiene bastante encargándose del hambre en los barrios, debería hacerse cargo además de hacer el trabajo de relevamiento de datos de la población que le corresponde al gobierno? Finalmente se decidió transferir esos fondos al Ministerio de Defensa para que las FFAA hagan la entrega directa de alimentos a las ollas, evitando “intermediarios”, como Lema calificó a las Ollas.
En respuesta a estos hechos, la CPS convocó a una conferencia de prensa el pasado martes 5 de octubre. “Las ollas no son intermediarias, Uruguay adelante sí lo es”, afirmó Esteban Corrales, integrante de la CPS. Enfatizó “…mientras se festejan exportaciones récords, nosotros estamos sirviendo la comida a los chiquilines en los barrios…eso es lo que le molesta al gobierno.”
No existen dudas sobre qué clase social viene a representar este gobierno, pero la perversión alcanza su máxima expresión cuando se está jugando con el hambre de la gente. Pasó la emergencia sanitaria, la economía del país crece y las políticas sociales están cada vez más lejos de ser suficientes cuando el hambre de la gente va en aumento y el único criterio es el ahorro de los fondos públicos.
La desconfianza que el gobierno pretende plantar con este hecho político sobre la CPS es infame (además de ser el momento oportuno para correr el foco de algunas otras cuestiones que se vienen destapando). Y da cuenta de que sus cabezas no conciben que existan (muchas) personas, que no se mueven por la acumulación y el poder, sino que su motor es desinteresado, y se llama solidaridad. Y es por eso que las ollas se sostienen en el tiempo, y mientras sea necesario, seguirá siendo así. Porque la solidaridad no se corrompe. Contra eso no van a poder.
El pueblo solidario se moviliza junto a las ollas, porque si hay hambre hay lucha.
El martes 11 de octubre a las 18 h nos vemos en la Plaza Cagancha.
Texto: Mariana Tenenbaum
Foto: Valeria Amaro
Contacto por colaboraciones para las ollas acá.
Nota:
1. El cálculo con la “receta tipo ideal” surgió de un trabajo en conjunto entre estudiantes de Facultad de Ingeniería y la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas (AUDyN) considerando los nutrientes necesarios. Si bien no incluyen utensilios básicos para cocinar, productos de limpieza, fuentes de energía ni el trabajo de las colaboradoras. Mientras la receta tipo del MIDES para las ollas tiene un costo de casi $12 por porción (Graña, julio 2021), el costo de la receta tipo ideal es de $71, es decir casi seis veces más.