Xavier Amin Dphrepaulezz, más conocido como Fantastic Negrito, se presentó junto con su banda el 22 de marzo en La Trastienda, en un show tan eléctrico como emotivo. Con canciones que narran la vida del músico, de origen musulmán criado en los barrios bajos de California.
El cantante y guitarrista, de 51 años, tuvo varias vidas: primero, como hijo de de una familia fervientemente religiosa, octavo de 15 hermanos y de padre Somalí, Xavier absorbió todo sobre música africana y sus raíces negras. Una segunda vida, en la multicultural California, donde se alimentó del funk y la música latina. En los años 90 tuvo su primera oportunidad como músico, pero en 1999 fue atropellado por un conductor borracho, que hizo que cayera en coma y perdiera su contrato discográfico. Años más tarde, comienza su vida como granjero en Oakland, donde empatizó rápidamente con el Blues del Delta, lugar donde vivía vendiendo marihuana. 20 años después de dar por terminada su vida como músico profesional nacería Fantastic Negrito, un fenómeno global, ganador de Grammys, en una gira mundial, apadrinado por Chris Cornell. Un artista que le canta a la vida en la calle, al sexo, a la melancolía y al racismo, a tocar fondo, a estar sin un mango, a salir a vender drogas y a que te caguen a palos; su historia es tan importante como el sonido, porque su historia es el sonido.
Acompañado del chileno Tomás Salcedo, con quien supo tocar como artista callejero y gracias a una banda armada a medida, pudimos vivir un show excepcional que no dio respiro, ni para afinar una guitarra. Arrancó arriba y terminó en la estratósfera.
Fantastic Negrito luce como Jimi Hendrix, se mueve y canta como James Brown. Voz de negro, rasante como el blues, versátil y dulce como el soul y veloz como rapero.
El show comenzó con una fuerte crítica al “estilo de vida (norte)americano”. “Bad Guy Necessity” trata del señalamiento constante al negro o al inmigrante como chivo expiatorio. (“Todos necesitan un chico malo, alguien a quien culpar”), seguido por la lúgubre blues “The Suit That Won’t Come Off” y “A Cold November Street”, canciones que hablan de la vida callejera y de dormir en la intemperie en pleno invierno, canciones que junto a la la devastadora “Plastic Hamburgers” (”Vamos a romper estas cadenas, vamos a quemarlas”) buscan interpelarnos (mientras oímos cómodamente desde nuestra mesita entre el público).
“An Honest Man” nos narra el peor momento de la vida de Negrito, la recuperación de su accidente, ver a la muerte cara a cara y vivir para cantarlo. Pasaron “Rant Rushmore”, con una interpretación épica con riffs cortantes como motosierra y una versión de la mítica canción “In The Pines” (canción de folk de autor desconocida que data de 1870). Pero el momento más épico de la noche fue sin dudas “Lost in a Crowd”, un himno a la autosuperación y a la búsqueda en interior.
También fue un show muy sensual y divertido, cada movimiento del cantante fue una demostración de su sex appeal. “Scary Woman”, la primera bomba de la noche junto con “The Duffler” y el cierre con el funky “Bullshit Anthem”; los momentos más intensos de la noche (“Me derriban, pero sigo luchando, Me derriban, pero sigo intentando. Derribarme dos o tres veces. Volveré a levantarme y seguiré luchando”).
Un aplauso cerrado y caras de asombro fueron lo que dejó Fantastic Negrito en nuestro país. Un show de primer nivel, único, repleto de groovie, melancolía y psicodelia, todo junto. Como la vida misma.
Texto: Leonardo Borges
Foto: Urko Dorronsoro Sagasti