Un (nuevo) modelo de política comenzó a regir en Estados Unidos a partir del 20 de enero. Donald Trump, un magnate del negocio inmobiliario se lanzó a la carrera política y ganó. “El gran perdedor es el modelo de la democracia conocido a lo largo de estos dos siglos. Derecha e izquierda ya no explican muy bien los partidos, y Trump es la muestra de eso”, opinó el analista y politólogo internacional Abdo Taleb Omar.
“El programa de Trump tiene mucho que ver con la izquierda, acabar con los acuerdos multinacionales de libre comercio, más representación o democracia directa”, señaló Omar
El economista vasco Miguel Virizuela, apuntó que “se ha enfrentado a todo el mundo recuperando un discurso de los movimientos de izquierda, diciendo que la élite es el uno por ciento que se lleva lo que pertenece a todos. Salvo que él no refiere al dinero sino a la élite burocrática, haciendo énfasis en recuperar la identidad nacional”.
En esa línea el politólogo opinó que Trump con su discurso sin una clara ideología representa “la nueva derecha” una clase de empresarios que llegan del mundo del comercio con muchos emprendimientos exitosos, prometiendo que gestionarán al Estado con la misma eficacia con la que maneja sus negocios. “Vienen con aspecto moderno, sin corbata, bailan como (el presidente de Argentina, Mauricio) Macri, suelen tener mujeres muy guapas, un aspecto muy atractivo”.
El discurso de Trump se separa notoriamente del demócrata -actual partido de gobierno en Estados Unidos, liderado por Barack Obama- en cuanto a la política exterior. “No está a favor de que su país siga siendo el líder de la alianza atlántica, tampoco está de acuerdo con el cambio climático ni con el acuerdo de protección con Corea y Japón”, remarcó el analista.
Virizuela destacó que la campaña que logró la victoria “estuvo marcada por el racismo, por avivar los odios, una nueva oleada de conservadurismo toma su cara más cruda en él” y agregó “las consecuencias más graves tienen que ver con lo que pueda generar a nivel social al dar pie a los fanáticos para acabar con la corrección política y manifestar lo que ya se venía gestando”.
Según Abdo Taleb, las consecuencias que Latinoamérica podrían esperar con mayor temor están referidas a “la relación con México y con lo que tiene que ver con la política migratoria; el futuro del acuerdo que acaba de firmar Obama con Cuba y el acuerdo de paz de Colombia”.
Un aliado implícito de Trump durante su campaña fue Rusia, de la mano de su presidente Vladimir Putin. El economista destacó que “el día luego de que ganara Trump las elecciones, todas las bolsas de valores del mundo amanecieron en rojo -no tanto como podría esperarse, lo que indica que estaban preparados para una posible victoria republicana- menos la de Moscú, capital rusa”. Según el analista Putín, en su momento, fue una figura semejante a Trump. En la Rusia postsoviética, donde se privatizaba y desregularizaba el Estado, con las terribles consecuencias que eso tuvo para la sociedad, apareció un personaje outsider que “se plantó y le salió el tiro por la culata, porque al igual que Trump, no se veían ganadores y terminaron siendo como un mono con pistola”.
Texto: Leticia Castro.