1º de mayo: día del “coworker”

Un coworker es una persona que coworkea, es decir, que hace cowork o coworking. Pero, vamos a explicarle qué significan estos términos con tanto punch.

Un coworker es una persona que coworkea, es decir, que hace cowork o coworking. Pero, para usted, que está leyendo en una lengua romance derivada del latín conocida como español, vamos a explicarle qué significan estos términos con tanto punch.

Según se autodefinen desde las filas coworkistas, un cowork consiste en “diferentes espacios de trabajo compartido”. Pero, no se deje marear por la gramática coworkeana de la frase. Lo que se comparte en los hechos, in fact, es el “espacio de trabajo”. Recomendación: agreguen una “s” a espacio, porque según la frase original lo que se comparte es el “trabajo”, muy distinto a lo que vemos en sus fotos de internet, donde todos miran su propia Mac (computadora personal que es a la vez carísima y progresista).

Pero, volvamos a la frase “diferentes espacios de trabajo compartido”, y preste atención porque lo que viene a continuación es rebuscadamente serio. Identificamos claramente que lo compartido es el trabajo, ya que tanto trabajo como compartido están en singular. Si lo que se comparte es el espacio, deberíamos, o bien tener la palabra compartido en plural, y así tener espacios de trabajo compartidos, o bien tener espacio en singular, y tener espacio de trabajo compartido. Ta dificilísimo, ¿verdad? Vamos por otros ejemplos.

Según fuentes de primera mano, dígase Wikipedia, por supuesto, estamos hablando de “una forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores, compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente”. ¡Apa! ¿independiente?, ¿de quién? Del resto de los workers, que ya no son tan co-pados, porque lo que se comparte es el space, perdón, el espacio.

El problema acá es el prefijo co-, que no aplica ni en cocina, ni en comedor, pero sí en colaborar, o coeditar, por ejemplo. Esto es porque en español, el prefijo co- da lugar a acciones colectivas o compartidas por otros individuos. Claro, pero comúnmente a nuestro compañero de trabajo no le decimos cotrabajador, le decimos compañero, o compañero de trabajo. Tuvimos que acuñar un término foráneo tan carismático como vacío para entender que trabajamos en conjunto…, pero sin hacerlo.

Como ya lo decía el jingle de Nevada, “hay algo que tenemos en común”, pero precisamente desde esta nueva modalidad de trabajo importada (ni Larbanois ni Carrero se enorgullecen de esto), lo compartido, lo co-, no es el trabajo, sino el espacio. Así que, compañeros, compañeras (disculpen que es la primera vez que las nombramos, es que hasta ahora no habíamos necesitado su apoyo), en función de desmantelar la matriz de significado de este discurso que parece inocente, inocuo, laico, gratuito y a la vez obligatorio en los tiempos que corren, a partir de ahora nos vamos a adentrar en la nueva era de los cospaces. A propósito, entiéndase por space, reciclajes en Palermo, Pocitos y Carrasco en manos de inversores privados.

Tras dejarnos llevar por el espíritu histórico arengador de masas, volvemos a la explicación inicial, pero esta vez de la mano de sus protagonistas, los cospacers, manifestándose en este first de may.

A continuación, todos los anti-reclamos que hicimos por separado los cospacers en un solo documento, denominado co-documento:

“Yo no necesito una ley de 8 horas, manejo mi propio tiempo con flexibilidad (soy de goma).”

“Yo no necesito nocturnidad, trabajo en cualquier horario, citando a Luismi: ‘no culpes a la noche’.”

“Yo no necesito una ley que sancione el acoso laboral, trabajo en un lugar re lindo donde a nadie se le ocurriría acosar, tengo un compañero que me invita todos los días a tomar algo, yo no quiero, pero es re buena onda; con decirle que no todos los días, desde hace 5 años, alcanza.”

“Yo no necesito un acuerdo salarial ni una negociación colectiva, decido cuánto cobrar y elijo con quién negociar. Remember, soy mi propio jefe.”

“Yo no necesito aguinaldo ni salario vacacional ni subsidios, tengo una caja de ahorro en dólares.”

“Yo no necesito la historia, tengo el presente. Y conozco a los últimos tres presidentes.”

“Yo no necesito que alguien se haga cargo de mí o me defienda, soy autosuficiente. Hice un taller de defensa personal.”

“Yo no necesito espacios políticos de discusión, me basta con un after office, una birra artesanal y un sunset con música chill out.”

“Yo no necesito alguien que hable por mí, los sindicatos no me representan. Tengo mi propia voz y no dudo en usarla. Cuando estoy ronca, chateo.”

“Yo no necesito compañeros, necesito chicos y chicas co-pados.”

“Yo no necesito movilizaciones y bochinche, yo voy y pido por favor; con calma y paciencia, todo llega (si sucede es porque conviene).”

“Yo no necesito un paro, optimizo mi tiempo sin parar.”

“Yo no necesito mejoras en las condiciones edilicias de oficina, trabajo en mi oficina integrada con expendedores de comida bío-macro-industrial. Las oficinas públicas son como el Tren Fantasma para mí.”

“Yo no necesito nuclearme, necesito independencia, libertad y autonomía, sobre todo auto, no mía.”

Y ya sabés, si ves a un cospacer: “Laissez faire, laissez passer” (“Dejalo hacer, dejalo pasar”).

Texto: CHUCO (Cooperativistas Honorarios Ultra Cobardes y Obsecuentes)

Foto: Roberto Ruiz, en de zeen.

En Radio Pedal creemos profundamente en los caminos colaborativos, desde el discurso, el pensar y el hacer. Entendemos que nuestras acciones y trabajos pueden ser realizados porque hubo alguien antes, porque alguien lo intentó, porque alguien falló, porque alguien lo consiguió, y, sobre todo, porque ese alguien no estaba solo. Creemos en la construcción colectiva como herramienta para los cambios y como una forma de entender el mundo, en conjunto. Tenemos la convicción de que ningún cambio social se da a modo individual. Nos entendemos hijos e hijas de un devenir histórico, dispuestos a armar el futuro.

El 1º de mayo Radio Pedal no transmite en reconocimiento a los trabajadores y las trabajadoras, a la organización y la lucha, a nosotros y nosotras. A las invisibilizadas que sostienen el mundo sin dinero a cambio, a los históricos que sostienen rígidas estructuras, a los que buscan romperlas y a las contemporáneas que deben vivir dentro de lógicas fragmentarias.

Apostamos a revernos, a repensarnos y a reinventarnos. Para seguir adelante, para cambiar todo, incluso los cambios.

¿Quién es tu co- en este work?

Editorial Radio Pedal

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