En el espacio “Cante”, de la mano de Toto Yulelé nos acompañó Florencia Núñez. Distendida y dispuesta a dar rienda suelta a su frescura, Florencia define una canción como “una célula renovadora” y aclara: “Escribir una canción me cambia la energía, me renueva”, y agrega: “También me pasa cuando escucho a otros artistas: te da ganas de componer. Te cambia el chip, es eso”.
Elige ser presentada como música, y no como cantautora, que es el término más común, según cuenta, para referirse a quienes componen sus propias creaciones. “Para el pop, cantautor choca un poco”.
En cuanto a sus shows, cuenta: “El tipo de canción que compongo me pide vientos, batería, percusión, banda y baile. Me preocupo mucho por esas cosas del escenario. Yo soy de madera, robot total, pero he dejado el alma en la cancha”. Esa impronta escénica le aporta un contenido original a la hora de tocar en vivo para una interacción dinámica con el público: “Me sienta bien y me pone en un lugar cómodo; hay que estar seguro para hacerlo, lleva trabajo”.
Frente a la afirmación de que sus canciones son “graciosas y sensibles”, relata: “Me río de lo looser que puedo llegar a ser, me di cuenta de que tengo una faceta looser, que no la puedo negar. Me aprovecho de la situación, la hago mía y me río de mí misma”.
Florencia compartió una reflexión disparadora, ya que abarca la sociedad toda en todos los quehaceres de la vida. “Creo que la gente no insiste en lo que quiere, se queda porque una vez pierde. Hay que hacerlo diecisiete mil trescientas y una veces, hasta que ganes, o hasta lo que para vos sea ganar. Los premios que me he ganado son por la insistencia, es un valor que es re importante tenerlo para la cotidiana, sea lo que sea que hagas”.
No se concibe sin hacer música, aunque reconoce tener “micromomentos” en los que duda si seguir; ese es el momento clave para detectar si esa pasión aporta más elementos positivos que de los otros; si se da el primer caso, hay que poner quinta y encarar hacia adelante. “Sacás fuerzas de no sé dónde para escribir: salir del trabajo y ensayar, tocar, y que no vaya mucha gente. Antes la gente hablaba, encima. Vas creciendo, y está bueno pasar por un proceso, hacerlo con sacrificio y con buenos resultados. Si no llegan buenos resultados, después del sacrificio habría que pensarla. Pero si pasa, está buenísimo”.
Los invitamos a descubrir a esta joven música uruguaya oriunda de la ciudad de Rocha.
Texto: Catalina Saibene
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