Un invento que revolucionó el modo de vida y tanto más. Un hombre pensó sobre la posibilidad de que las construcciones dejaran de ser en planta baja y hasta tres pisos, para movernos hacia arriba y hacia abajo, su nombre, Elisha Graves Otis. Así nacía la empresa Otis, en 1853 en Estados Unidos.
Según data la historia de la empresa, “En 1851, Otis era un modesto trabajador de una fábrica. Sus conocimientos de mecánica le permitieron inventar un sistema que impedía que los montacargas se cayeran por las habituales roturas de las cuerdas que los sujetaban, Un año más tarde, y estimulado por los beneficios de esa idea, se independizó y fundó la Otis Steam Elevator Company en New York.
En 1853, montó el primer ascensor en un pequeño edificio en Yonkers. A pesar del impacto innovador que esto significaba para la construcción, el éxito de Otis se hizo esperar hasta el año 1854, en que decidió hacer una demostración pública de su invento en el Palacio de Cristal neoyorquino”.
De esta manera daba inicio lo que sería la empresa que hoy en día es la más prestigiosa en cuanto a ascensores y escaleras mecánicas se refiere, tanto para edifios de residencia, edificios públicos y en la actualidad, en diferentes torres y complejos empresariales.
El Palacio Salvo, torre más alta de Sudamérica en su época de inauguración (1928), también contaba con ascensores OTIS.
Algunas obras de arquitectura e ingeniería en el mundo que poseen tecnología OTIS: Torre Eiffel, Torre Radio (Berlín), Edificio de las Naciones Unidas, Ocean Park, El Cristo Redentor entre otros.
En nuestro país, destacamos el Aeropuerto Internacional y el complejo Aguada Park.
Bajo el lema “siempre se puede llegar más alto”, la empresa asegura a sus clientes.
Los invitamos a investigar la historia de esta invención, para pensar en los vestigios que se esconden detrás de ese ansiado y silencioso ascensor, para una próxima vez, cuando esperemos y apretemos el botón: plata baja, ahora tal vez, conociendo su origen.
Al final de la nota, podrán deleitarse con una canción que pinta de forma muy elocuente, una situación que puede ser común (y ojalá no asidua) en cualquier apartamento. ” Pee in the elevator“, por The Planet Smashers.
Texto: Catalina Saibene
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